miércoles, 31 de diciembre de 2008






Y o t a m b i é n

lunes, 22 de diciembre de 2008


En noches de luna llena y brisa serena
hay un ángel que viene al río
a mojarse los pies.
Cuando los árboles se vuelven negros
y hablan las estrellas,
él se hace de sed y sequía
para tragarse la noche
que despierta en el agua.
Y así sumergido, entrega su corazón desterrado.
Busca lo que fue, lo que es, lo que será,
mientras los recuerdos pasan corriendo
y el egoísmo es la ausencia misma.
Todo vuelve en efímeras conclusiones
que los camalotes sostienen hasta el alba.
Y los ojos se le llenan de lunas.
Y la boca se le llena de peces.
Y las manos se le llenan de espuma.
Y los pies se le entierran desandando la sangre.
En noches de luna llena hay un ángel que abandona los trenes
para mojarse los pies en el río.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

C R Ó N I C A S I N T I E M P O

Al ritual del rendimiento de cuentas
legado
herencia
obligación del alma
me enfrento despreocupada y libre.
Sucedidos
susesivos
minutos malgastados
instantes apurados
reservas cotidianas
y pausas aparentes.
En vilo
desvelo
madrugadas.
Donde empiezan los finales
abandono un para siempre
y me abrazo a un hasta luego.
Para sonar al mismo tiempo
sin maniáticas agujas
regulares e incansables.
Y al mundano devenir del almanaque
invisible
lo transcurro
por no dejar la eternidad
para más tarde.

lunes, 15 de diciembre de 2008

N O



tu ausencia se hizo larga y yo ya entregué lo que no perdí, ya te dejé partir. no vuelvas, ya salvé al amor. hasta la luna se durmió esperando y la rabia me hace daño de tan mansa, no vengas a hacerme real tanta distancia. te regalo los pájaros que te cuelgan en el pecho, no quiero los poemas, no quiero esa canción. silencio poeta, no me hables, no me llores, no me muestres tu camino, no me invites por favor, que se me desentierran las noches en las que me anduvo sobrando la ilusión; este drama ya no es tuyo poeta, en otra pieza buscá la inspiración. que acá la soledad es enorme y las musas sangran tu nombre repetido; tus dudas, tu fantasma, andate con tu adiós... que tu partida sonó a bandoneón ensangrentado, a arco de violín clavado en medio del zanjón. y sin embargo ves, te estaba esperando... pero no, no vuelvas, los dos volamos, sabrá la noche que eso es cierto, pero no quiero saber si seguís siendo golondrina, si te cuesta ser feliz, si el mundo te venció, si tenés ganas de seguir o tenés ganas de llorar o si lloraste aquella vez. sospecho la largura de tu siempre aburrimiento, presiento que andás buscando un verso, una canción y no quiero este remordimiento de saber que sos bueno y que te quiero, cómo te quiero, corazón. vení, soltate la ternura y dormite en este abrazo, ya te elegí la esquina de la luna para que busques el brillo que te falta si algún día te quedás sin voz, y no hables... que este poema se quede sin final, dormite antes de que lloremos y mañana, mañana cuando aclare no ensucies la blancura del papel. mañana andate y no, no vuelvas con la farsa, no vuelvas, llevate esta amargura de amistad, tibieza y honor. que cuando sea el tiempo, al final yo lo escribo entre vinos y cigarros, le pongo punto y le bajo el telón. porque ya ves, ya ves cómo te quiero, ya ves que es inútil corazón… no tengo otra piel adónde irme, así que andate, andate y ya no vuelvas, llevate tu sonrisa, tus poemas y tu voz.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Si ven una libélula déjenla volar, pudiera ser mi alma.


¿por qué el tiempo pasa tan de prisa?
porque el viento lo escribió un día de tormenta.

¿por qué cantan los pájaros al amanecer?
por se cuentan los finales de los sueños interrumpidos por el despertador.

¿por qué corre el río, brincando, sin detenerse?
porque vio pasar a los que no van a volver.

Se saca el nombre y las medias. Se pone las flores y los huesos. Se olvida las horas y los años. Se descuelga unos globos de los ojos y sale a correr por las terrazas. La hora en que los duendes escurren las almohadas haciendo de lágrimas calladas, gotitas de rocío; la encuentra bebiendo de la luna, buscando más respuestas. Después el amanecer, que no puede perder tiempo, se le escapa llevándose dos globos y una flor.

¿por qué amanece naranja y dorado?
porque cada día hay quienes no supieron cómo decir.

¿por qué se caen las hojas cuando llega cada otoño?
porque le pesan los recuerdos de los que se olvidaron.

¿por qué cantan las ranas de noche en los charcos?
porque hay niños que crecen sin conocer el mar.

De cara a la soledad, la mira tan sólo con curiosidad. Y sabe que aún en el miedo puede existir un amor sin límites. Sabe que su alma es un torbellino de palabras enloquecidas y aunque la vida se empecine en formarle años y recuerdos, siempre en sus ojos se leerán cuentos infantiles más nuevos que sus sombras, más puros que sus certezas, más ciertos que sus visiones. En definitiva, que culpa tiene ella de que los pájaros hayan elegido su pelo para dormir.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

S O Y


A veces soy como las flores que se arrodillan en la tormenta y esperan.
A veces soy la tormenta misma. Rebelión de sombras cuando el día.
Después la noche y la mañana siguiente. Mientras tanto el miedo, la urgencia,
la embriaguez, la espera, la memoria y la piel.
A veces me voy. A veces me escondo. No sé si cuando lecho de nieve,
cuando brote de sangre, cuando murmullo adormecido.
Tal vez un río seco. Acaso una azucena.

domingo, 7 de diciembre de 2008

CUANDO MI VOZ SE CANSA



Oiga usted, guárdeme la tibieza que ya voy, se me enredó un enojo en los harapos y son tantos los agujeros esta noche que mejor me prendo un pucho y después voy. Este amargor se me sube por el pecho, me lo ahueca de palabras, me aprisiona las flores y me ahoga la canción. Y yo no sé qué hacer con estas ganas de descolgarme del viento, de borrarme los colores, de apagar hasta a los grillos y dormir en un rincón. No es que sea mía esta amargura, pero vea que hace rato… por ahí quién sabe, por qué elije mi pelo, mis manos y mi voz. Si yo quiero, quiero juego, quiero ganas, quiero mañana, quiero bailar. Pero me duele espero, me duele verso, me duele canto, me duele lejos, me duele verdad. Y sépalo bien, cuando usted tira de las cuerdas que desatan mi vuelo, convoca ternuras parecidas a mí que me dicen que no llore, que no diga que no.






jueves, 4 de diciembre de 2008

M E N G U A N T E


Ahí donde hacen cruz el deseo y el olvido, fecundan siguiendo el curso del tiempo, brumosos espejismos. De arena y barro la piel se retuerce como si fuera un pañuelo que alguien lava en la rivera del silencio. A paso lento respira el viento y este rumor húmedo y disperso parece ser el reflejo de otra noche que nunca amaneció.