miércoles, 14 de enero de 2009

L O P E R E N N E


Hubo una vez una pena

que de tan cansada se volvió grito

que de tan arisco se volvió aullido

que de tan lejano se volvió pájaro

que de tan hermoso se volvió árbol

que de tan viejo se volvió piedra

que de tan pequeña

se volvió

tierra

que

de tan

curtida se volvió parche

que de tan profundo se volvió retumbo

que de tan regular se volvió pulso

que de tan latente se volvió vida

que de tan imperfecta se volvió hombre

que de tan cierto se volvió silencio

que de tan antiguo se volvió pena.

3 comentarios:

Djuna dijo...

ULTIMA EXCUSA

Por el momento seguir así.
De espaldas.
Recopilando botellas vacías en las ventanas.
Con la sombra adelantándose en los movimientos del sujeto.
Suenan canciones en el gancho que continua extendido cerca del patio central.
Las mesas también toman una apariencia triste.

Hacían falta sus letras por estos lados.

Cristian dijo...

pues de seguro el viaje alimenta las almas, prueba de ello es este texto. a el caminante siempre la cambia algo, siempre esta mudando.
Es grato saber que en el mundo aun quedan caminantes con algo de amragura y con algo de aventura.

Alhy dijo...

Acabo de llegar, hace tan sólo unos minutos, y de repente, ante mi, han pasado las lunas. Las conocidas y las inexploradas. Y todas llevaban un nombre...

Gracias por este espejo :)

Un saludo ***