miércoles, 18 de noviembre de 2009

GALLITO CIEGO

De entraña a entraña ella canta, él canta. Emisarios recíprocos de sus deseos, inventando el juego de parecerse en cosas importantes. Coincidiendo en la ternura y el desparpajo de soltar palabras no pensadas, reas, desnudas y hermosas. Una niña perdida, un niño igualmente, buscándose a ciegas, escarbando para dar consigo mismos entre las uñas del otro, entre las costillas. El juego de dos abismos escapados del tiempo de arena que quiere llevarse sus cuerpos y que a tientas se van conquistando los rincones de sus laberintos, escarbando muros, esperando y preparando una arremetida feroz y definitiva. Sin rostro para anticipar, sin labios. Y duermen explicando horas trasnochadas, callares antiguos, dibujos sin terminar, lunas mutiladas. Y arremeten escondiendo lejanías infinitas, ilusiones exageradas, distancias con el mundo. Una lluvia interminable. Un encuentro siempre renovado. La belleza de dos que se nombran solitarios. Ella cuando empieza a abandonarse. Él cuando vuelve brusca su quietud. La serenidad mentirosa con la que se olvidan y salen a la calle y el miedo de siempre; el de descubrir la mirada y no hallar más que otro implacable espejo.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Hoy se me hace que las palabras
no son mis palabras
porque este ansia de hablar
me ha despertado exhausta.
Y me quedo quieta.
Y no digo nada.
Hay algo que se ovilla y se guarda en mí.
Como agua de río que vuelve a la montaña,
como conejos que vuelven a la galera,
como un abanico que se cierra,
como un carozo que vuelve a ser durazno,
o una flor que vuelve a ser semilla.
Pronto sabré
dónde se esconden los colores.
Dónde termina la tristeza.
Pronto hallaré la sencillez del canto.
No me llamen
que cuando no estoy
soy pluma que anda
soy silencio que aguarda
soy cuerpo vaciándose
soy espiral interminable
hacia donde se anuncian los milagros.

lunes, 2 de noviembre de 2009

T E D I B U J O


Y vamos dale, que todo es escenario; los papeles de colores están hablando y hoy quisiera volver a ser muñeca. Ver pasar a los duendes con antorchas y abrazarme a tu risa y a tus soles. Desnudarme de flores y de huesos, desnudarme de nombre y de vestido. Y correr, bailar por los tejados de tu mano, que olvidemos las horas y los años, que bebamos las lunas gota a gota, y un poema, una canción y una tormenta. Que esta noche te cuento mis secretos, borracha de tu luz y tu misterio. Vamos dale, mirame, estoy contenta... saltemos y rodemos, rodemos, rodemos y rodemos, esquivemos el alba.

jueves, 8 de octubre de 2009

Ocaso

De nada sirven las maniobras rebeldes de las palabras a pesar de sus ritmos y combinaciones, porque esta curación monótona y profunda, parece ignorar el idioma de las excusas y las explicaciones. Lentamente caen los velos que cubren la piel de otras lluvias parecidas al mundo y con ellos la magia que todo lo viste, el deseo que todo lo confunde, la prisa que todo lo acaba. Entonces si cierro los ojos, vuelvo a ser lo que era antes que toda desmesura me atravesara de espejismos. Incapaz de cualquier disimulo. Justo allí donde la rebeldía y la prisa naufragan y el hundimiento sucede entre nubes que lloran y lunas que engendran nuevas lunas. En el campo la tarde se degolla como yéndose a lo impronunciable, anochece... ya no sé si me sostengo del cielo o de la tierra.

viernes, 2 de octubre de 2009

Esta noche me emborracho de colores, de espuma y de trompos, me visto de pebeta, gata cruel, hermosa, extraña... con un garabato en el corpiño y en la enagua un refucilo de pasión. Taconeo canyengue un sin ton ni son de melodías de esquina, que me lata en las mejillas el alcohol y el corazón. Sin cabaret y sin rouge, sola, fatal, descangayada, envuelta en la tiniebla de los puchos me rechiflo de emoción. Y te tiro por la ventana un beso de madrugada y capaz, si tenés suerte, te desgajo una canción que te cuente que me canso de dar tumbos, que el amor me hace gambetas, que se yo. Che pirulo… vení pasá, ¿adónde vas con esa pinta? golpeame la puerta que a contramano te muestro la hilacha, con una copa de vino en una mano y en la otra un no se qué de bandoneón. Anclate a esta curda arrabalera que te aprieto bien al cuore despacito y al vaivén de algún tango compadrito, te muestro el corazón de la tormenta. Yo te compro la noche, che, gomina, te plagio el arcoiris de un zarpazo y te dejo de regalo el corazón. Que colgado en el umbral de estos dos labios, hay un beso que lo estampo donde sea, Tita me tira letra desde el cielo pa´que aprenda la gilada, que el amor se hace volando, a media luz, un poco muriendo y otro poco naciendo, entre sollozos y tembluras…y si, el amor es llorón, y qué.

lunes, 21 de septiembre de 2009


Acá una mujer. Rodeada de sombras y pasiones. Se desmorona, se extiende, se retira, se destruye, se restaura. Me siento irreal, en esta mañana sin importancia. Ahora tendría que hablar de la fragilidad de mi carne, cansada de morir de a poco, harta de comienzos y de ausencias. Cuánto tiempo, cuánto tiempo. En el humo negro del cigarrillo, intuyo que lo peor del tiempo es el inmenso espacio que ocupa. El amor arraiga tan pocas veces que temo no tener a nadie cuando me gane el miedo Hay noches en las que debiera atravesarme el descreimiento, porque lo que me aterra es tener la profunda certeza de su existencia y esta ridícula condición de espiarlo a huntardillas desde este cementerio de mariposas y margaritas. Alguien falta y no recuerdo su nombre. Un juego de niños. El estallido de los sentidos. Los escalones que huyen hacia abajo. El resto es ilusión. Cada cual, cual, atiende su juego… y el que no, el que no, una prenda tendrá. Apago el cigarrillo. Acá una mujer. En esta mañana sin importancia.

viernes, 4 de septiembre de 2009

DE REPENTE


No fue a propósito. Siempre que respiro mezclas de colores impertinentes, vienen las asfixias a morirse entre mis pies. Es tan fácil la mirada, tan gusto a viento, tan a la orilla del cielo que soltamos las letras que no se pueden decir y somos cómplices pasajeros de una tormenta indescifrable. Será que el tiempo nos piensa, no fue a propósito. Tan distraída su sonrisa, tan inmenso el mar y mis ganas tan al revés.




martes, 28 de julio de 2009

NOCTURNA

No puede ser demasiado si no es cierto y sin embargo, afuera los soles maúllan porque no, porque sí, o porque la tarde algunas veces, se queda dormida en otro mar.



P A U S A

miércoles, 24 de junio de 2009

¿Cuánto tiempo hace que quiero decirlo
y sólo murmuro un montón de signos apenas comprensibles?
Hay una forma de mí detrás de las ideas
un gesto en el vacío
una mirada desnuda
un cuerpo náufrago.
Pero esa verdad
no sé decirla.
Entonces no me escuchen.

miércoles, 17 de junio de 2009

ESPEJO

“En memoria de los días de una furia sin flores” debería leerse en mis rodillas. La que me mira desde el espejo puede como máximo, imitar momentáneamente una parte de lo que soy. Mis ojos se disfrazan de hinchazón para decir la mentira de un llanto reciente y joven, pero yo sé lo que no veo en ese reflejo. Cuando pasa la lluvia las piedras resucitan ante mí con esa belleza detenida que tienen las ruinas abandonadas. Poderoso e invisible se oye el clamor del pasado. Cuando pasa la lluvia, las ruinas se miran inmóviles y permanentes. Esta es la nueva perspectiva, ahora la violencia es un recuerdo antiguo y el aguacero arrasador aún en su furia, no hace más que limpiar las grietas y las desgarraduras. Ahora la pregunta por lo original y primero es absurda, nada queda de lo que fue; ahora la verdad es esta, incompleta. Casi todo lo que vemos es una mínima parte de lo que en realidad es, por lo tanto, siempre estamos frente a una imagen que sustituye a la verdad, una verdad fragmentada, irreparable, una verdad que duele. Me pregunto cuántos de los que me visitan entienden esto. Voces y manos apuradas violando el silencio de estas habitaciones, hundiéndose en las lastimaduras de estas paredes. Pero nadie llega al fondo del misterio a romper palabras encadenadas. La que me mira desde el espejo, por estática e inmediata, carece de mi verdadera condición: una muerte diseminada en falsas y pequeñas muertes diarias que me divide en dos mitades, dándome una existencia vertical que se sostiene al mismo tiempo desde el hundimiento y desde la altura.

miércoles, 10 de junio de 2009

pospongo el día
postergo el sol
en tanto afuera
las dos lunas que canto
no se entreguen encandiladas

viernes, 5 de junio de 2009

DE NEGRAS Y NEGROS

a Camilo
Cierta noche en que supo abrirse en tajos el cielo para parir los besos que engendra la luna, moreno grieta llegó al río que lo estaba esperando. Una causa, una canción y sólo la dicha. Negro y negra suerte hechada, diluvio, sudestada, inundación.
Moreno arena, gusto a piedra, sus ojos negros por el cielo negro de otros ojos hueco se sintió crecer en el paisaje herido de una negra barro cansada de tanto andar. Y se hundieron sangre adentro, a la deriva, anhelando el mar. Negra hembra, negro macho, piel brutal, cauce bravo y poco más. Negro y negra bastó una chispa para formar incendio tan así... tan furia, tan viento, tan más y más.
Qué donaire negra y negro, qué chifle lleno de hambre irse tan lejos a buscar lo que tenían junto al cerro que los encontró. Negro nube, negra viento; al sur no había cobijo para tanto amor. Cuando nace el otoño y el cielo se cae conviene irse andando pero no supieron dónde, negra sombra, frío, pampa; negro lloró y tuvo razón.
Como si bastara el mar.
Como si fuera posible ser luna y sol sin ocasos ni auroras.
Entonces negro tierra que sabe despertarlo se lo llevó lejos y negra surco, sangre, fuego no lo trajo de nuevo con su voz. Negro herido, negro hechizo enamorado de sí mismo, negra ahogo que no supo decir que en su cuerpo moreno, negro madera se encendía la vida; que en sus ojos negros latir había sembrado toda una larga eternidad.
Dejá que se vaya negra, ya no lo has de ver. Negro arena se va cantando solito detrás de los pájaros que emigraron cuando el frío llegó. No llores negra, negro tuyo se va sin saber que al sur del sur cuando es mayo y escampa, hasta las piedras pueden florecer. No llores negro, allá lejos tu estrella te ha de mostrar que no hay sol que queme más que el amor que no pudo crecer.


inmóvil
miro el camino
demasiado largo.
¿qué ilusión pulsará
el primer paso?
esta vez no sé
si quiero resucitar.




sábado, 30 de mayo de 2009

Pensando como casi sintiendo como vestida como siempre que se me da por saber que todo está por sanar. Que cuando toca pulsar la bandada de cuerdas propone temporales. Que cuando toca soltar siguen pasando las horas. Que cuando toca arder valen los excesos. Y sobre todo que antes de ayer me dejaba caer en remolinos y que antes de eso la espera. Que hoy casi nadie. Que pasado mañana cuando casi nunca, sea lo que sea. Y que después todas las versiones, todas las certezas, todo el amor que iba a ser, toda la magia. Y la ilusión de que vivir es casi siempre ir cambiando, a veces descanso, a veces ventolera.

viernes, 29 de mayo de 2009

El amor y el espanto

La marca de la obscenidad los empujó fuera del pueblo, a salvo de las miradas escondidas detrás de las persianas. Cuando el tiempo se distrae y ocurren amores condenados a la censura, se sabe que un incendio retorcido, porfiado y estremecido, afiebra las entrañas de los amantes y a éstos no les queda más que revolcarse en el barro de lo prohibido o al menos embadurnarse un poco las manos; entonces presos de un encantamiento enigmático y alucinado se aman a escondidas, acusados de alterar un orden respetable y razonable. Pero cuando ellos se recluyeron y todos los demás olvidaron la tragedia, o al menos se aliviaron de no verla, descubrieron que aún sin intención ni conciencia de pecado, no estaban a salvo de la inquietud, porque cada vez que se amaban ocurría algún desastre. Esa noche cenaron en silencio y sólo se miraron cuando el temblor de las puntillas de la enagua anunciaba lo inminente, una tormenta cuya naturaleza conocían intimamente. Sofocada y aturdida ella salió al campo y él atrancó la puerta a tiempo cuando ya empezaba a soplar el viento. Su camisón fue arrastrado junto con las ramas y las chapas del techo, la furia del aire húmedo y denso aumentaba cuando ella, desnuda y convulsionada, cortaba el viento con sus brazos transformados en filos y lo desangraban sembrando el suelo de pájaros sin alas. Empapada de lluvia y sudor vio mujeres desnudas volando entre sábanas rojas y pedazos de roca encendida abriendo en la tierra grietas por donde desaparecían los árboles y las gallinas. Se dejó manosear por las sombras, ahogada y atragantada de barro y mugre hasta que empezó a amanecer y repentinamente todo volvió a la calma. Sin recuperar del todo la conciencia entró a la casa con la poca lucidez que le permitía su mente exhausta, lo miró a los ojos aliviada de encontrarlo y se durmieron abrazadamente resignados. No eran más que eso, un amor hecho antes, durante y después del juego de los cuerpos; pero como a algunos le toca la bendición, a ellos les tocó el espanto.

martes, 10 de marzo de 2009

"Rompo este huevo y nace la mujer, y nace el hombre"


Dejame que la luna se caiga por tu espalda esquivando el rojo espeso de las hendiduras que agonizan. Dejame que cuando la noche de tus pupilas se queman yo veo tus ojos diciendo todos los secretos. Cómo es posible que no sea cierto que la ciudad es sorda y que los cuerpos llueven. Globos que engendran nuevos globos. Trenes que se deshacen cuando van. Si todavía nos queda descubrir que somos tal como nos hemos ido imaginando. Que todavía nos queda saber si somos incapaces de imaginar lo que realmente somos. Yo te llevo a soñarnos otro rato, vos guardame una pausa en donde despertar. Dejame que sí y que mañana. Dejame que acaso y que quizás.

domingo, 22 de febrero de 2009


SOMBRA
Señora de mi edad.
Señora yo sin luz.
Niebla luna gris de mi alma
hija del sol
mi lu tierra
ajena a mi inquietud.
Abrazo que no,
juntando derramadas yo
cuando la prisa.
Refugio que no,
juntando suicidadas yo
cuando el abandono.
Yo tiempo
adelante
atrás.
Mi yo mío
que traspasa
mis fronteras.

domingo, 15 de febrero de 2009


¿Quién mira adentro del grito?
Donde se rasgan las máscaras y las muecas chillonas bailan en ancas de brasas histéricas y chillonas.
¿Quién busca detrás del silencio?
Cuando los pretextos tejen las hilachas de donde se descolgaron todos los deseos y el miedo borra sus rastros.
¿Quién grita después de la duda?
Donde la resignación vigila sofocando su olor a fruta madura y la lástima se ríe frente al espejo.
¿Quién mira?
¿Quién busca?
¿Quién grita?

lunes, 9 de febrero de 2009

Los novios saludarán en el atrio


En espirales subo y bajo desde el fondo de los vasos siempre llenos hasta hallarme lo suficientemente lejos del mundo y sus moscas pegajosas no hablo de la sed, no es que muera de sed, muero de mí sedienta Un fernet que lleva a un vino y un vino que lleva a una cerveza hablo de una línea recta que debiera plegarse en círculos hasta cerrarse Prendo un cigarrillo y mientras descanso los deseos ultrajados volcando los codos en la mesa, me despido de la sincera pero débil intención de ser parte de la fiesta. -Yo te amo. –No digas eso, es demasiado grande “Señorita, acá no se puede fumar” –Pero yo quiero que sepas que te amo “¿Señorita, puede ir a fumar afuera?" Tambaleando uñas pintadas camino rezongando con firmeza señorita si quiere puede tirar las cenizas de su corazón, pero afuera por favor, respiramos mejor si usted se lleva lejos su vómito de humo Esquivo sonrisas de cotillón con la vanidad que da el dolor y justo antes de salir a la noche estallo en carcajadas frente al espejo de la recepción mirala, jura que la mata la pasión.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Rainer, quiero encontrarme contigo, quiero dormir junto a ti, adormecerme y dormir. Simplemente dormir. Y nada más. No, algo más: hundir la cabeza en tu hombro izquierdo y abandonar mi mano sobre tu hombro izquierdo, y nada más. No, algo más: aún en el sueño más profundo, saber que eres tú. Y más aún: oír el sonido de tu corazón. Y besarlo.


Marina Tsvietaieva.


Yo digo que lo extraño

con la misma intensidad

con la que espero la lluvia.

Con la humedad en la nuca,

la tormenta en el alma,

desnuda

y con la ventana abierta

para que la brisa me dibuje en la piel

esa suerte de promesa.

Yo digo que él y la lluvia

se parecen

en el goce y en la ausencia.


lunes, 2 de febrero de 2009

Desde entonces



la vida depende de sus gestos



resistiendo serenamente



en mi memoria.

Por no escribir la palabra
que diga un rumbo
a ningún lugar,
en las curvas del camino
me dejé acariciar
por hilos de agua
que jamás han de llegar al mar.
Nunca decís qué hay en vos, pero quién te viera mirando mares, caminando lento bajo la lluvia, quién te viera dormir, quién te viera tan triste, quién te viera descansando las lunas llenas, el agua de tus ojos, quién pudiera… Se rechifló el amanecer mientras dormía y te llevó lejos, yo me quedé vestida de magnolias, abrazando un carnaval de golondrinas, un carnaval de horas y de soles con el corazón ancho, sublevado y triste, sin remedio. Ahora para llamarte me lleno de palomas, me lleno de caminos a medio recorrer, me lleno de azahares, me lleno de mi voz. Y mientras suena un bandoneón, de un zarpazo de ternura te pinto en los párpados una verja y una luna y una gata, y en las manos dos patios que se duerman. Te organizo una fiesta en el bolsillo para que todos pregunten quién te regaló ese sol, quién te regaló esa flor, que bailen los semáforos cuando vos cruzás la calle y que todos los relojes te esperen. Y qué más da… quisiera regalarte unas horas nuevas, de mañanas nuevas, de colores nuevos. Quisiera regalarte un ramo de suspiros, un sueño de flores, un sueño de niño, una sonrisa imposible de guardar, una ventana por donde asomarte a tu infancia, una siesta sin sueño. Quisiera regalarte lo que ya no es más. Descolgar del fondo de mis ojos unos globos azules y llevarte a volar, a dar una vuelta por un circo algún domingo y que vayas cantando. Te llevaría lejos, a despertar en un cielo, a cambiarle el color a los juegos, a alguna tarde de esas que se quedan dormidas en el mar. Y este sueño de ser mundo y este beso de besos alborotados... que te quiero con el alma desvestida, con los ojos alegres y los labios incendiados… que te quiero, che, te quiero.

miércoles, 14 de enero de 2009

L O P E R E N N E


Hubo una vez una pena

que de tan cansada se volvió grito

que de tan arisco se volvió aullido

que de tan lejano se volvió pájaro

que de tan hermoso se volvió árbol

que de tan viejo se volvió piedra

que de tan pequeña

se volvió

tierra

que

de tan

curtida se volvió parche

que de tan profundo se volvió retumbo

que de tan regular se volvió pulso

que de tan latente se volvió vida

que de tan imperfecta se volvió hombre

que de tan cierto se volvió silencio

que de tan antiguo se volvió pena.