miércoles, 4 de febrero de 2009

Rainer, quiero encontrarme contigo, quiero dormir junto a ti, adormecerme y dormir. Simplemente dormir. Y nada más. No, algo más: hundir la cabeza en tu hombro izquierdo y abandonar mi mano sobre tu hombro izquierdo, y nada más. No, algo más: aún en el sueño más profundo, saber que eres tú. Y más aún: oír el sonido de tu corazón. Y besarlo.


Marina Tsvietaieva.


Yo digo que lo extraño

con la misma intensidad

con la que espero la lluvia.

Con la humedad en la nuca,

la tormenta en el alma,

desnuda

y con la ventana abierta

para que la brisa me dibuje en la piel

esa suerte de promesa.

Yo digo que él y la lluvia

se parecen

en el goce y en la ausencia.


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