Rainer, quiero encontrarme contigo, quiero dormir junto a ti, adormecerme y dormir. Simplemente dormir. Y nada más. No, algo más: hundir la cabeza en tu hombro izquierdo y abandonar mi mano sobre tu hombro izquierdo, y nada más. No, algo más: aún en el sueño más profundo, saber que eres tú. Y más aún: oír el sonido de tu corazón. Y besarlo.
Marina Tsvietaieva.

Yo digo que lo extraño
con la misma intensidad
con la que espero la lluvia.
Con la humedad en la nuca,
la tormenta en el alma,
desnuda
y con la ventana abierta
para que la brisa me dibuje en la piel
esa suerte de promesa.
Yo digo que él y la lluvia
se parecen
en el goce y en la ausencia.
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