jueves, 31 de julio de 2008

rompo este huevo y nace la mujer


Así comienza la tormenta. El río de mi espíritu se abre en dos columnas tempestuosas y surge mi cuerpo nocturno con la fuerza de un eclipse. La noche se me escurre entre los dedos y los surcos se abren largamente. Nada es mío, ni el espacio íntimo que me rodea, ni el ácido ardor de mi voluntad. No me pertenece mi sudor. No me pertenece. A tientas giro, me mezclo, me sumerjo sospechando la cercanía de un abismo en el que podría caer en cualquier momento. Tener miedo y reconocerlo. Desear y reconocerlo. Hablo de mí. De todo lo probable. De lo etéreo. De lo corpóreo. Mujer desparramada. Mi espíritu y mi cuerpo se revuelcan retorcidos y yo los miro desde afuera. Suspiro y me pervierto. Que alguien arroje la primera piedra.

domingo, 27 de julio de 2008

Si nadie dice nada


Muy de usted esto de hacerse pensamiento. Ahora que es de noche y en la calle cae agua desde el cielo. Usted cuando las sombras. Y yo no lo voy a evitar. Cuando el viento quiso secarme de palabras yo ya volvía, boca abajo, de sus sílabas en rima. Envuelta en gajos de sábanas heladas segregando pieles, yazgo esperando que usted venga a comerme el corazón. Si nadie dice nada en este lento curso de las cosas, quièn se atreve a condenarme por lo que no digo. Muy de usted esto de hacerse principio, simulando el gesto de parecernos en cosas importantes. Pedazos de cielo que se caen de madrugada, usted hace con su ausencia lo que otros hacen con la lluvia, secreta sinfonía que no puede ser devuelta. A su lado la luna estalla en mil pedazos, ni grises, ni blancos… ligeramente azulados. A su lado, la luna. El tercer gallo lo anuncia. Usted cuando los soles. Y yo no lo voy a negar.

domingo, 20 de julio de 2008

Confesión


A mí que siempre fui floja y propensa al espamento
si la vida lisonjera me regala una ilusión;
me venís en diagonal entre el cielo y el infierno,
a fijarme la mirada y a causarme sensación.


Las medias y los breteles se me suicidan en masa
y el humo del cigarrillo tiene gusto a confesión;
tu resistencia esquinera de varón agazapado,
me tiene haciendo equilibrio entre incendio y metejón.


Mozo tráigame otra copa que se viene la tormenta,
ya pueden cerrar al día aprovechando el temblor
soñador irreverente, con vos le doy al escabio,
porque hoy sí vale la pena y hacía tanto que no…