jueves, 31 de julio de 2008

rompo este huevo y nace la mujer


Así comienza la tormenta. El río de mi espíritu se abre en dos columnas tempestuosas y surge mi cuerpo nocturno con la fuerza de un eclipse. La noche se me escurre entre los dedos y los surcos se abren largamente. Nada es mío, ni el espacio íntimo que me rodea, ni el ácido ardor de mi voluntad. No me pertenece mi sudor. No me pertenece. A tientas giro, me mezclo, me sumerjo sospechando la cercanía de un abismo en el que podría caer en cualquier momento. Tener miedo y reconocerlo. Desear y reconocerlo. Hablo de mí. De todo lo probable. De lo etéreo. De lo corpóreo. Mujer desparramada. Mi espíritu y mi cuerpo se revuelcan retorcidos y yo los miro desde afuera. Suspiro y me pervierto. Que alguien arroje la primera piedra.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Asómese tranquila que las sombras no matan, sólo molestan un rato y después se van.

Un saludo

Eristarco (Ricardo Garavito) dijo...

La idea es que esta piedra no sea la de la violencia inútil sino la filosofal y que la noche sabe por oscura pero más sabe porque en ella nos ocultamos todos.

mariano scovenna dijo...

que nadie arroje la primera primera piedra!! que todos salimos de la misma tormenta, que todos somos surcos por donde se escapa la noche,que todos estamos desparramados y todos (absolutamente todos) nos pervertimos con nuestros propios supiros.

saludos

MOI dijo...

El negro e insondable abismo de sombras. ¿Como asumir que tras esta vida nada quedara de nosostros? un vacio, una tenue sustancia sin forma, tal vez con otro nivel de conciencia, pero sin recuerdos, sin nada de lo que hemos experimentado en esta vida.
Tal vez en el hecho de asumirlo este el secreto de todo. Enhorabuena por tu blog, es muy muy evocador. Un saludo.

Pariz dijo...

Acepto la invitación y tiro la piedra (pero al parecer sobre mí persona):

A través del texto me sentí el insólito testigo de una mujer masturbándose.

Diego Planisich dijo...

Eres una mujer sideral. Suspiro y me pervierto,
sensación que conozco...



Suspiro...