domingo, 28 de septiembre de 2008

Terminal

Se oye un murmullo fantasmal
cuando vomitan las sombras.
El sol encandila
mi ceguera alucinada.
Se adivinan los aullidos desgarrados
y el cerrojo de la ausencia.
Me he de ir.
Se vacían los vacíos
y sólo las palomas asisten
al suicidio de mis palabras.

2 comentarios:

Diego Planisich dijo...

Sera una ceguera blanca, será un suicidio con derecho a réplica?


Suspiro...

Verónica Cento dijo...

Luciana:

Qué tal? Vengo del blog de Diego Planisich. Disfruté mucho tu blog. Saludos y volveré.