sábado, 11 de octubre de 2008

arena que la vida se llevó

La espera es un fantasma fatal que gime una canción absurda y melancólica. Le da a la razón neblina de poeta y compás de tango al corazón. De espalda a los recuerdos, tan lejos y tan cerca, la espera se viste de los andrajos colgantes que forman las babas porfiadas de alguna ilusión. Dolor de lata en las entrañas, temblor maquillado de verdín en los ojos y en la piel, las manos empapadas de dulces inquietudes y una triste sensación de no se qué. Rezongan la luna, los meses y las sombras cuando el tren pasa y su queja, suena los nombres que se fueron muriendo de espera en el andén.

1 comentario:

MOI dijo...

La espera, creo que esperamos demasiado, nos pasamos toda nuestra existencia esperando algo o a alguien. Deberiamos ser capaces de actuar, de actuar sin esperar a nada y a nadie, ser dueños de nuestra vida. Es muy jodido, pero intentarlo es el primer paso, y escribir sobre lo jodido de la espera el segundo.
Muy bueno el texto.