miércoles, 8 de octubre de 2008

Ocaso


Se degolla la tarde, como yéndose a lo impronunciable. El cielo se inclina sobre la tierra hasta casi besarla. Luz afuera el día, disipa el borde de las cosas, haciéndolas adivinables. Dos sombras se deslizan. Resplandecen las fisuras de dos seres que se esconden para amar. Te esperaban noche. Y sabés que te prefieren con tormenta.

2 comentarios:

Eristarco (Ricardo Garavito) dijo...

Que hermosa escena congeló la madrugada, que bueno...un abrazo Lu. Buenísimo :)

mariano scovenna dijo...

te esperaban noche.
fuertemente erotico el cielo inclinado para besar la tierra!!!!ojo que en esa inclinacion no se le escape un sordito!!!!

jajaj
besos