miércoles, 6 de agosto de 2008

agosto


Ahora que las lunas se quedaron dormidas y las horas no se atreven a desandar mi grave estado, escarbo el cementerio de palabras que murieron heridas de ausencia, por si acaso quede alguna ternura que rescatar. Nos sobró soñarnos, nos faltó sabernos. ¿Sabías que las palabras cuando mueren de amor no sangran, porque lo que se desangra es el espacio desde donde se desprendieron? Cómo no reconocerme en la bravura de este intento que hoy fermenta. Cómo no reconocerme en el atrevimiento para fundar paraísos que hoy se esconden. Pero llega la espera y entonces cae por su peso lo que soy sin símbolos, sin gestos y sin significados. Nunca voy a aprender a callar las bocas que me habitan seduciéndome a vivir en una encandilada irrealidad de desnudez y postergación. ¿Qué hicimos con la magia? Decímelo vos, porque yo estoy cansada de explicar lo excesivo y tengo miedo de que sobre, porque siempre sobra, siempre sobra. ¿Por qué el círculo del tiempo nunca se cierra? ¿Por qué no puedo sacarme los huesos y mudarme de piel? ¿Por qué no te pude decir que te quería? Yo no sé nada del amor, pero conozco de memoria su antesala, llena de espejos y puntos suspensivos. Y tu nombre es tan remoto que…
y tu nombre…
tu nombre…
tu…
tú…
¿tú?...
alguien falta
y no recuerdo su nombre.












agosto























vuelve





















cada





















agosto




3 comentarios:

mariano scovenna dijo...

eso. es inevitable. pero vuelve siempre. conocemos bien el valor de los ciclos

Diego Planisich dijo...

quién sabe del amor?



Suspiro...

Eristarco (Ricardo Garavito) dijo...

Lo que escribiste no puede y no debe ser escrito. Nadie debe llorar esas palabras, nadie. Y menos cuando no sabe que lo que dice y de quien lo dice no es lo que parece y es lo que no puede ser. Por eso el silencio, a que decir lo quién no puede ser nombrado e igualmente doliendo escribe una lluvia en el vidrio.
Y en todo caso ¿qué harías con este nombre que no te puedo decir?
Si me recuerdas como la brisa, dèjame susurrar y pasar que yo siempre supe como ser lo que no fue excepto presente...