lunes, 11 de agosto de 2008

Tengo una garganta que se empecina en deshabitarme. Ya no le tengo miedo, pero desandar mis arrebatos es un camino cada vez más amargo. Ayer me iba en remolino a tocar el espejismo de turno con este brazo que no alcanza y hoy ¿qué hago con todo lo que me sobra? Puedo aprender a atravesar el vacío, puedo aprender a vaciar el vacío y seguir, pero ¿cómo se hace para rescatar a tiempo los destellos que se van apagando? ¿cómo hago para que mi niña no sea un lugar cada vez más difícil de alcanzar?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los destellos que se apagan se prenden en otros lugares, esa energía siempre va a parar a algún lado, nunca se va. Mientras estemos vivos hay que aprovecharla.

un beso

Nicolas Bubay dijo...

Hola! Gracias por ver mis dibujos y tu comentario.
Me gusta lo que hces y como te xpresas. Saludos! Nicolas.

mariano scovenna dijo...

como hacemos?

no se.

vos nano que opinas?

yo?

no, no se