miércoles, 20 de agosto de 2008

diez y cuarto pasadas. creo que nublado por la mañana y nublado por la tarde. debería vestirme, borrar los últimos rastros de sopor lento y sábanas perfumadas. ¿quién sos? quiero ver tu corazón. me precipito en la copa de tu vino pero no, no bebés más. si me apuro no te espero, si te espero te escondés. nublada y por la tarde perfumé las sábanas y suspendí mi cuerpo entre sus pliegues sin breteles, sin anillos, sin pensamientos. cuando el ansia me propone temporales me desnudo. diez y media. prendo un cigarrillo, salgo al balcón, nublado por la noche. me dicen algo, respondo que sí, que mañana. escalera… escalera… ¿dónde era que había guardado las ideas yo? sí… los escalones que huyen hacia abajo, pero ya dije tantas cosas… releo y sonrío, sin estilo, sin orden, sin poesía. voy a hacer un barco de papel que diga que a vos no te voy a escribir ninguna poesía. mentira y sonrío. la tormenta ya es tormenta y todavía no te conté la mejor parte. estoy en pausa. ¿a qué hora cambiaba el viento? sigo buscando alguna idea pero no hay rincones donde buscarlas, soy un rincón ¿querés que sea tu fantasma? y que nadie sepa que estoy ahí. once menos diez. libros apilados. papeles garabateados. ovillos desovillados. el polaco cantando. y yo sentada en el borde la cama. no me gusta esperar. no me hagas esperar. ¿dónde estaba? once menos cinco. me da miedo ir sola a buscar el día ¿no me acompañás?

No hay comentarios: